Rocket Lab impulsa satélites DiskSat en la misión STP-S30

La misión “Don’t Be Such a Square” de Rocket Lab fue lanzada con éxito utilizando un cohete Electron desde el Launch Complex 2 en el Mid-Atlantic Regional Spaceport de Wallops Island, Virginia, Estados Unidos. El lanzamiento se realizó durante la madrugada, cumpliendo con precisión el perfil de vuelo planificado y demostrando una vez más la capacidad de Rocket Lab para ofrecer lanzamientos dedicados y de respuesta rápida desde territorio estadounidense.

Crédito: NASA

Esta misión formó parte del Space Test Program STP-S30 de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos (U.S. Space Force) y tuvo como objetivo principal desplegar cuatro satélites experimentales conocidos como DiskSats. Estos satélites, desarrollados por The Aerospace Corporation con apoyo de la NASA, presentan un diseño poco convencional en forma de disco, rompiendo con el formato cúbico tradicional de los CubeSats, de donde proviene el nombre de la misión.

Los DiskSats fueron enviados a una órbita terrestre baja (LEO) a una altitud aproximada de 550 kilómetros, donde comenzarán una serie de pruebas tecnológicas. El diseño plano de estos satélites ofrece una mayor superficie útil, lo que permite evaluar nuevas configuraciones para sensores, sistemas de comunicaciones y tecnologías de propulsión eléctrica, así como capacidades avanzadas de maniobra orbital.

Uno de los objetivos clave de la misión fue validar este nuevo concepto de arquitectura para satélites pequeños, explorando su viabilidad para futuras misiones científicas, comerciales y de defensa. Estas pruebas permitirán recopilar datos valiosos sobre el comportamiento estructural, térmico y operativo de los DiskSats en el entorno espacial, contribuyendo al desarrollo de plataformas más versátiles y eficientes.

La misión “Don’t Be Such a Square” también destacó por haber sido adelantada varios meses respecto a su planificación original, lo que subraya la flexibilidad operativa de Rocket Lab y su capacidad para responder rápidamente a las necesidades del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Con este lanzamiento, Rocket Lab continuó ampliando su historial de misiones exitosas con el cohete Electron, consolidándose como uno de los principales actores en el mercado de lanzamientos para pequeños satélites.

En conjunto, esta misión representa un paso importante en la evolución de los satélites de nueva generación y refuerza el papel de Rocket Lab como plataforma clave para la experimentación tecnológica en órbita baja, abriendo la puerta a diseños innovadores que podrían transformar el futuro de las misiones espaciales de pequeño tamaño.

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