Regreso exitoso de la misión Soyuz MS-27

La misión Soyuz MS-27 concluyó con éxito tras más de ocho meses de operaciones a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). La tripulación, compuesta por el astronauta de la NASA Jonathan “Jonny” Kim y los cosmonautas rusos Sergey Ryzhikov y Alexey Zubritsky, inició su viaje de regreso con el desacoplamiento de la nave desde el módulo Rassvet. La separación se produjo de manera nominal, y la Soyuz comenzó lentamente a alejarse de la ISS, realizando la tradicional maniobra de retroceso antes de iniciar el descenso balístico hacia nuestro planeta.

Crédito: NASA

Tras el desacoplamiento, la nave ejecutó el encendido de frenado (deorbit burn), una maniobra crítica que reduce la velocidad de la cápsula y permite su reingreso controlado en la atmósfera terrestre. Durante la reentrada, la tripulación experimentó fuerzas superiores a 4-5 G mientras la cápsula deslizaba a través de las capas densas de la atmósfera, alcanzando temperaturas extremas producto del rozamiento, que pueden superar los 1.600 °C en el escudo térmico. Minutos después, la nave liberó su módulo de servicio y la cápsula de descenso desplegó los paracaídas primero en su fase piloto y posteriormente el paracaídas principal, moderando progresivamente la velocidad hasta los últimos metros antes del aterrizaje.

El aterrizaje se produjo en las estepas de Kazajistán, donde los equipos de búsqueda y rescate, apoyados por helicópteros, vehículos todoterreno y personal médico especializado, llegaron rápidamente hasta la cápsula para asistir a los tripulantes. Como es habitual, la nave utilizó sus retrocohetes de aterrizaje en los últimos segundos para amortiguar el impacto con el suelo. Jonny Kim, Sergey Ryzhikov y Alexey Zubritsky fueron extraídos de la cápsula en buen estado y comenzaron el proceso de readaptación a la gravedad terrestre tras su prolongada estancia en microgravedad.

Crédito: NASA

Durante su misión en la ISS, la tripulación de Soyuz MS-27 desempeñó un papel clave en múltiples áreas científicas y operacionales. Contribuyeron a más de 200 experimentos sobre biología, ciencias de los materiales, medicina espacial y tecnologías para futuras misiones lunares y marcianas. Participaron también en tareas de mantenimiento esenciales para garantizar la continuidad de las operaciones en el laboratorio orbital, incluyendo reemplazo de equipamiento, inspecciones externas y calibración de sistemas. Sergey Ryzhikov y Alexey Zubritsky colaboraron estrechamente con Roscosmos en estudios sobre adaptación humana y monitoreo ambiental, mientras que Jonny Kim aportó su experiencia médica en investigaciones biomédicas fundamentales para la salud de astronautas en misiones de larga duración.

El regreso de la Soyuz MS-27 marca el cierre de una misión altamente productiva tanto para la NASA como para Roscosmos, reforzando la cooperación internacional en el espacio. La tripulación deja un legado de ciencia, exploración y trabajo conjunto que impulsará los futuros programas tripulados rumbo a la Luna, Marte y más allá. Su aterrizaje seguro en Kazajistán no solo celebra el final exitoso de una misión, sino también el comienzo de una nueva etapa en sus carreras y en la investigación científica que continuará beneficiando a toda la humanidad.

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